Madonna, vestida con corpiño negro y botas de cuero, «aterrizó» la noche del jueves en la espectacular escena de una playa de la ciudad adriática de Budva, que acogió a más de 70.000 personas. Los entusiasmados espectadores, llegados de todas las zonas ex yugoslavas para ver la primera actuación de la «reina del pop» en esta región, aplaudieron al son de los ritmos que los hicieron vibrar durante las dos horas de concierto, y por momentos se convertían en gran coro que entonaba Vogue o Like a virgin. Mares de luces, una escenografía con enormes pantallas de vídeo y potentes amplificadores la acompañaron.
Hace 10 años
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