La controversia llegó hasta el Washington Post, que abrió el debate en sus páginas publicando un artículo del teólogo Mark Judge, quien aduce que "Lady Gaga no es Madonna", ya que según él, "Like a prayer no fue comprendido en su momento por los sectores conservadores que lo criticaron duramente, a pesar de que en realidad se trataba de una poderosa descripción de la vitalidad de los santos católicos, y su capacidad de interceder en nuestras vidas para alentar nuestro coraje". Judge dice que en cambio el video de Lady Gaga "es la antipoda fascista del de Madonna, ya que no tiene historia moral ni llama a la conciencia". Unos días después, respondió en las mismas páginas otro teólogo, Matthew Schmalz, quien defendió a Lady Gaga diciendo que ambas cantantes están intrinsicamente unidas porque son como las dos caras de la misma moneda y que por eso aparentan ser como el día y la noche. Algo de eso es cierto: Germanotta tiene una voz tan privilegiada como la Ciccone, es compositora como ella, las dos bailan como diosas, saben como vender sus temas y hasta provienen de la misma cultura italonorteamericana.
Lo curioso es que el nuevo video de Alejandro, en el que vestida de monja psicodélica se traga un rosario y tiene escenas eróticas con efebos de ambigua sexualidad, es el tercero que Lady Gaga ha realizado para el tema, que forma parte del álbum The fame monster que salió a la venta el año pasado e incluye dos singles de inmensa popularidad, Bad romance yTelephone.



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